27 Jan
27Jan

¿En qué trabajas? - Me preguntó una señora hace pocos días.

-Hago videos para iglesias  y también tengo un pequeño negocio de filmación de bodas y quinceañeras- le dije.

Tajantemente argumentó sin que yo le preguntase: Yo no le veo el sentido a eso, todo el mundo ahora tiene un buen celular en sus manos. ¿Por qué tendría que pagarle a alguien por videos y fotos si cualquiera ya puede hacerlo?

Es verdad, cualquiera puede hacerlo, de eso no tengo dudas, pero el resultado final en la mayoría de los casos no es comparable y por supuesto que eso depende en gran medida del gusto estético de cada quien - No pude seguir hablando, la señora me desvió el tema.

Después de eso me quedé pensando y aunque he aprendido que debo respetar el criterio de cada quien, agradezco el no haberme deprimido tras un comentario como ese. En vez de entristecerme y creer que estoy perdida en un lugar en el que muchos piensan de esa manera o que debo dejar de hacer lo que tanto amo, decidí reflexionar un poco al respecto y compartir lo que ahora mismo estoy escribiendo .

Es una realidad que no todos pueden pagar un servicio de filmación de videos o de fotografía para los grandes eventos de su vida (y gloria a Dios por los celulares entonces) pero la verdad es que hay quienes pudiendo hacerlo no analizan el valor de guardar sus memorias con la mayor calidad estética posible. Además de que como mismo se encuentran precios elevados debido a la cantidad de servicios que puede ofrecer un negocio de este tipo, puedes encontrar precios bastante accesibles si buscas bien. Sobre todo con aquellos que aunque llevamos años en el campo de la filmación y edición de videos o en la fotografía, ahora es que hemos decidido crear nuestro negocio y estamos dando los primeros pasos para que otros nos puedan conocer.

Si quieres saber cuál es mi criterio por el cual pagaría estos servicios, aquí dejo mi humilde opinión en tan solo dos puntos.

1. El equipo. Si bien es cierto que la tecnología avanza a pasos vertiginosos y los teléfonos celulares hoy en día brindan cada vez mejor calidad en las imágenes, si vamos a los detalles, las cámaras profesionales los superan. La razón está fundamentalmente en el tamaño del sensor que es mayor en las cámaras que en los teléfonos.  El sensor es el que captura la luz y mientras más grande sea éste, mejor luz podrá captar. Con un teléfono móvil se pierden los resultados que brindan el uso de diferentes objetivos cambiables y no se pueden modificar tanto algunos parámetros como la apertura del diafragma. Otro aspecto es el zoom óptico que en el caso de las cámaras es muy potente al tener  elementos de cristal que permiten lograr buenos acercamientos mientras que los móviles, debido a su tendencia de ser cada vez más delgados no lo pueden integrar de tal manera.  

2. La persona que maneja el equipo. Siempre he creído que más importante que el equipo es la persona que lo maneja. Como dicen por ahí: No es la cámara sino el fotógrafo (o videógrafo, añado yo). Está claro que tener la mejor cámara no garantiza que las fotos o videos sean mejores cuando el operador de la misma no sabe cómo utilizarla, pero lo contrario también es verdad, pues es una maravilla contar con alguien que sabiendo utilizar bien su equipo sabe captar con precisión esos momentos que no se pueden dejar escapar porque ocurren solo una vez. Por lo general un familiar o un amigo de una quinceañera o de unos novios en su boda, con un celular en la mano no podrá capturar todo lo que podría alguien que va enfocado exclusivamente en su trabajo que es hacer que la boda o la quinceañera o el evento que sea, quede con el mejor resultado posible y no se pierdan detalles ni los momentos que a cualquier otra persona se le podrían pasar. Por otro lado y esta es mi experiencia personal, muchos de los lugares donde se realizan estas celebraciones (al menos en la ciudad donde vivo) se realizan en locales cerrados, con muy poca o ninguna entrada de luz natural y la artificial es muy pobre. En esas condiciones poco favorables un celular no va a responder de la misma manera que lo haría una cámara con una buena lente y algunos accesorios extras que siempre llevamos los que hacemos este trabajo. Un familiar o amigo no tendrá en cuenta estos detalles como lo tiene un vidéografo que sufre y se las tiene que ingeniar como mago para que todo quede un poco mejor aún en condiciones adversas. Claro que si cuentas con la suerte de tener a un familiar o amigo profesional en este campo, este no sería tu caso. Y hablando de magia me viene a la mente uno de esos momentos más importantes con el cual no se si un familiar o amigo estuviera comprometido: la edición.  No todo el mundo tiene el tiempo  ni el arte que este paso del proceso requiere. Tampoco no todos dominan los programas de edición ni saben sacarle el máximo provecho. Los videógrafos somos responsables de entregar un producto terminado con la mejor calidad posible en cuanto a la imagen, pero también al sonido, con música pagada con la cual no habrá problemas de derecho de autor al subir el video a las redes, algo que se está tratando con mucha seriedad últimamente. 

No estoy negando el uso de los móviles en cualquier evento, siempre que se usen con algún gimbal o estabilizador (cuando de video se trata) y se maneje bien el asunto de la luz. De hecho yo lo uso muchísimo, pero lo hago solo para viajes de familia porque la verdad es muy cómodo.  En este post me estoy refiriendo al trabajo completo que puede hacer un videógrafo o un fotógrafo con un equipo de mucha más calidad en sus manos en un evento social. Trabajo que muchas veces es subvalorado. En tres oportunidades me ha tocado editar la boda de parejas en las que otras personas le hicieron el favor de grabarle a como pudieron su evento. Es la pesadilla más grande que le puede ocurrir a un editor de videos: editar algo que no filmaste, con un estilo que no tiene nada que ver con el tuyo y con una calidad que realmente pareciera no tener remedio. Hoy por hoy no volvería a hacerlo porque es demasiado el tiempo que se invierte tratando de reparar lo inservible y tratando de hacer magia donde no la hay, Me hubiera gustado haberle contado esto a la señora de la que hablaba al principio de este post, pero quizás ni me hubiera entendido. Al final, no todos damos el mismo valor a la manera en la cual guardamos nuestros recuerdos. Si eres feliz pidiéndole a tu primo que filme el video de tu boda o de tu quinceañera, se feliz, pero si prefieres más calidad y un trabajo más completo, algunos como yo estamos más cerca de ti de lo que imaginas, y vivimos apasionados con el arte y la magia que suelen matizar los videos bien filmados y editados. 

Gracias por leerme y si piensas diferente o parecido, igual déjame tu comentario por aquí.

 



Comments
* The email will not be published on the website.